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Estimado Jorge,
El pegado del lienzo al tablero tiene las principales ventajas:
- Mayor poder de sellado (no se transfieren directamente las características de la madera al gesso).
- Posibilidad de separar el lienzo ante cualquier fallo en la madera.
- Posibilidad de jugar con la textura propia de los diferentes lienzos.
En cuanto a la proporción de cola de conejo y agua, le detallo el siguiente procedimiento:
Se echan 75 gramos de cola de conejo en un bote, lata recipiente esmaltado, con 900 cc. de agua fría. Si la cola viene en hojas habrá que partirla primero en fragmentos pequeños; envolviéndola en un trapo se evita que se pierdan migajas. Al mismo tiempo, se pueden tener unos cuantos trozos de cola en remojo en un recipiente aparte, para tenerlas disponibles en caso de que haya que añadir más cola a la preparación. Se deja la cola en remojo durante una noche, para que absorba agua con lo cual se hinchará hasta el triple de su volumen seco; si el recipiente es poco profundo, algunos fragmentos de cola pueden no estar totalmente cubiertos por el agua; si es demasiado estrecho, la cola puede quedar apretada, de modo que los fragmentos se peguen entre si, impidiendo que algunas partes se hinchen del todo. En estos casos, las piezas en cuestión se reconocen por su color pardo-amarillento y por su consistencia fina y dura, en lugar de la apariencia blanda, hinchada y grisácea del resto de la cola. Estos fragmentos no pueden usarse así, y hay que separarlos, meterlos en agua y dejar que se empapen bien hasta que se hayan hinchado convenientemente. El color de la cola puede variar, según la marca o variedad empleada, pero en todos los casos hay que tomar las mismas precauciones e inspeccionar la cola hinchada antes de continuar con el proceso. La cola de conejo americana, es aproximadamente igual de fuerte que la variedad francesa, y se utiliza en las mismas proporciones; las mejores colas de piel de ternero son más fuertes, y se usan en menor cantidad, como demuestran las pruebas comparativas.
Fusión de la cola
A continuación, se calienta el recipiente de agua con cola, hasta que se disuelva. Nunca se debe dejar que la cola hierva, especialmente cuando se va a emplear en una composición tan cuidadosamente equilibrada como el Gesso. Para asegurarse de esto, se calienta el recipiente al baño maría, aunque es perfectamente correcto calentarlo directamente en un hornillo eléctrico o de gas, cubierto por una plancha metálica, siempre que se vigile cuidadosamente, agitando de vez en cuando para que la cola no se pegue al recipiente y sin dejar que hierva.
Este último método lo emplean las personas que sólo preparan cola ocasionalmente; en los talleres donde se prepara cola continuamente se usan hornillos eléctricos especiales. Se puede obtener una proporción más exacta de agua y cola remojando 60 gramos de cola en 750 cc. de agua, calentándolo, vertiéndolo en un recipiente de un litro y añadiendo agua caliente hasta completar 900 cc., con lo cual se eliminan los errores debidos a la evaporación de agua durante el remojo.
El método tradicional para probar la fuerza de la cola es dejarla enfriar a la temperatura ambiente, con lo que debe adoptar la forma de una gelatina firme pero no dura. Se aprieta hacia abajo con el pulgar y el índice, separándolos al mismo tiempo para «abrir» la cola. Según la resistencia que ofrezca y la naturaleza de la fisura, se puede apreciar con bastante exactitud la fuerza de la cola. Las paredes laterales de la grieta deben ser rugosas o granulares; si son lisas es que la cola es demasiado fuerte.
Aunque este método empírico parece que hay que aprenderlo por instrucción directa, en realidad es tan concreto que se puede aprender por cuenta propia. Haciendo esta prueba, analizando el Gesso resultante, y comparándolo con otras muestras, el artista aprende muy pronto cuál es la mejor consistencia de la cola para preparar un Gesso que tenga las propiedades deseadas.
Ni siquiera en los laboratorios químicos de las fábricas existen procedimientos rigurosamente establecidos para probar las soluciones de cola, y cada uno tiene sus propios métodos y sistemas de medidas, expresando los resultados con diversas designaciones numéricas. La prueba que le he descrito se sigue usando y considerando como la más satisfactoria. Los técnicos de los laboratorios aprietan la superficie de las muestras de cola con el cuarto dedo de la mano izquierda (que al parecer es más sensible) y definen los grados según su propia experiencia y criterio.
Un modo de controlar la fuerza de las colas con un aparato sencillo y económico es usando un hidrómetro; existe un modelo fabricado expresamente para este uso. Este hidrómetro para cola está graduado de 1 a 12 grados Baumé, y calibrado para usarse a 65,5° C. Se necesitan un cilindro de vidrio de unos 250 ml. de capacidad y un termómetro. La solución de cola se vierte en el cilindro a 65,5° de temperatura y se sumerge en ella el hidrómetro. La lectura es muy fácil; sin embargo, la fuerza de la cola es un factor más significativo que su viscosidad.
Otra disolución muy recomendable sería la de (80/1000) para que pruebe la fuerza de la cola y la compare con la anterior.
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Por otro lado, para comprar los componentes de sus recetas con cierta seguridad, le recomiendo que visite el siguiente establecimiento (pregunte por cola de conejo de referencia o pura):
http://www.manuelriesgo.com/Un cordial saludo.
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